La política científica en México cambia de rumbo
Por Verónica Garduño G. en Cinvestav: Avance y Perspectiva
Falta de becas, escasez de plazas, deterioro en el equipamiento, carencias en los laboratorios, deficiencias en la infraestructura y ausencia de nuevos centros de investigación han sido algunas de las carencias tradicionales que ha enfrentado la ciencia mexicana a lo largo del tiempo.
Incluso, hasta hace poco tiempo importantes científicos como Pablo Rudomín, Investigador Emérito del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), dudaban de la existencia de una política pública “yo sostenía la tesis de que si hay una política científica y la política científica es que no haya una política científica, suena un poco paradójico lo que estoy diciendo, pero la verdad es que se han dejado las cosas así al bamboleo, al momento y eso es una política en sí”.
Pese a la aparente inexistencia de esa política pública, las y los científicos mexicanos han destacado por su trabajo a nivel internacional, haciéndose acreedores a becas y reconocimientos por su esfuerzo.
A decir de José Franco, Coordinador General del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT) los logros en la ciencia, al igual que en el deporte, son personales “hay áreas en que debido a un esfuerzo personal de los investigadores hemos visto logros, como en astrofísica, biotecnología, medicina e ingeniería, lamentablemente no son parte de una cultura de logros”.
René Asomoza, ex Director General del Cinvestav, coincide en la valía de las y los investigadores mexicanos: “en México hay muy buenos investigadores, muy destacados, que han hecho muy buenas contribuciones, el problema que yo veo es que son muy poquitos, el sistema científico mexicano es muy pequeño, se tienen muy buenos investigadores premiados en México y fuera, en este mismo centro de investigación tenemos personajes reconocidos en todas partes del mundo y llamados a dar conferencias, pero lo que nos ha faltado quizá es agrandar este sistema y hacer ver que lo que necesitamos en un sistema sólido científico tecnológico que se involucre mas en la solución de problemas”.
Los grandes pendientes de la ciencia mexicana son la innovación y la vinculación, no existe una relación real entre las instituciones de investigación y la industria. Prácticamente, no hay transferencia de tecnología de las universidades a las empresas.
Cambio real en la política publica de ciencia
Hoy, contra todo pronostico las cosas están cambiando, en opinión de José Franco, Coordinador General del FCCyT, hay un impulso real a la ciencia y tecnología del país pues “en estos dos años han pasado cosas que no han pasado en los últimos 30 años, la ciencia y la tecnología no solo están en el discurso oficial, sino que se les está dando apoyo, Conacyt está haciendo tiros de precisión, está haciendo esfuerzos con el presupuesto aumentado que han tenido”.
Enrique Cabrero, Director General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) es muy claro al respecto: “el cambio real que ha habido en la política ha sido mucho más disponibilidad de recursos, anteriormente, esto oscilaba en torno al 0.4% del PIB, el objetivo es llegar al 1% y vamos arriba del 0.5% del PIB, eso pareciera que los cambios son muy pequeños pero estamos hablando de cantidades muy importantes en cuestiones de presupuesto para ciencia y tecnología, en estos tres años, contando ya el presupuesto de 2015 se ha incrementado en 50% la inversión del gobierno federal en ciencia y tecnología”.
Ese dinero se ha invertido en apoyos a posgrados, becas y financiamiento de proyectos. Además se abrieron tres nuevas convocatorias: Cátedras Conacyt para Jóvenes Investigadores; con la cual el Conacyt contrató a 574 investigadores adscritos a centros de investigación y universidades donde participan en distintos proyectos de investigación.
La segunda convocatoria es: Proyectos de Desarrollo Científico para Atender Problemas Nacionales; se trata de financiar investigación aplicada a temas específicos, con resultados a corto plazo.
La tercera convocatoria gestionará la apertura de nuevos centros de investigación –lo cual no sucede desde hace 15 años– los cuales se ocuparán de temas como energías renovables, cuestiones metropolitanas (agua, manejo de desechos, transporte, seguridad, gobernanza, etc.), zonas áridas, tecnología en aeronáutica y aeroespacial, así como políticas educativas, entre otros.
Ciencia, tecnología e innovación, pilares para el país según el Peciti
El Programa Especial de Ciencia Tecnología e Innovación (Peciti) presentado en junio por el Conacyt “es un documento que ha sido construido alrededor de documentos previos que representan el consenso de todas las comunidades de ciencia, tecnología e innovación y al tomar en cuenta estos otros documentos que fueron generados por muchos grupos de la comunidad, pues eso ya le da mucho valor y una gran visión de consenso” considera José Franco del FCCyT.
Contribuir al crecimiento de la inversión nacional en ciencia, tecnología e innovación; formar capital humano altamente calificado; fortalecer el desarrollo regional; fomentar la vinculación con el sector productivo y fortalecer la infraestructura científica y tecnológica del país son los objetivos planteados en el Peciti.
La definición de temas prioritarios es una característica nunca vista antes en los planes de ciencia y tecnología mexicana, el Peciti señala siete áreas de interés: ambiente, conocimiento del Universo, desarrollo sustentable, desarrollo tecnológico, energía, salud y sociedad.
Cada una de las cuales contempla distintas prioridades como: gestión integral del agua, seguridad hídrica y derecho al agua; estudio de las geociencias y sus aplicaciones; alimentos y su producción; desarrollo de la biotecnología; desarrollo de nanomateriales y de nanotecnología; desarrollo y aprovechamiento de energías renovables y limpias; enfermedades emergentes y de importancia nacional; así como combate a la pobreza y seguridad alimentaria.
Con la intención de evitar desequilibrios regionales se ajustarán los Fondos Mixtos –instrumentos a través de los cuales el Conacyt y los gobiernos estatales financian proyectos de investigación y desarrollo tecnológico–, en los estados menos desarrollados el Conacyt destinará tres pesos por cada peso del estado.
Reformas a la Ley de Ciencia y Tecnología
Previo a la presentación del Peciti, en marzo de este año, tuvo lugar otro importante cambio en la política científica en nuestro país: el Senado de la República reformó distintas disposiciones y realizó adiciones a la Ley de Ciencia y Tecnología, las mismas que posteriormente fueron enviadas a la Cámara de Diputados para su aprobación. Su objetivo principal fue impulsar el acceso abierto a la información de carácter científico, educativo, tecnológico y de innovación.
Entre los puntos más importantes destacan el establecimiento, como principio legal, de la diseminación de los contenidos científicos, académicos de investigación e innovación mediante el uso de plataformas de acceso abierto. Se facultó al Conacyt para diseñar y ejecutar una estrategia que tenga como objetivo democratizar el acceso abierto.
Se crearán y establecerán las bases de operación de un repositorio nacional de acceso abierto en el cual los investigadores, tecnólogos y académicos, tendrán la posibilidad de colocar el fruto de sus investigaciones. Se otorgaron al Conacyt las atribuciones para promover y consolidar el acceso a la investigación científica, tecnológica y de innovación de calidad.
Si bien los grandes pendientes de la ciencia mexicana no se resolverán de la noche a la mañana, la toma de acciones concretas y especificas indican que la situación puede cambiar en el corto plazo.