El crecimiento de la investigación educativa
Por Ruth Padilla Muñoz en la Gaceta UdeG Nº 825
El Consejo Mexicano de Investigación Educativa señaló en el año 2003 que: “Aunque los inicios de la investigación educativa se registran en los años treinta y en los cincuenta, no es sino hasta 1964, con la fundación del Centro de Estudios Educativos (CEE), que comienza la investigación educativa actual”.
Por ello, este tipo de estudios en México tienen una trayectoria de muchas décadas, y las investigaciones de este centro apuntaron principalmente a un diagnóstico del sistema educativo nacional y a realizar una revisión crítica de la estadística educativa desde la perspectiva de equidad.
Posteriormente, en la década de los setenta, se crea el Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Centro de Investigaciones Superiores del Instituto Nacional de Antropología e Historia, que fueron los primeros centros de investigación modernos relacionados con el la educación multidisciplinaria.
En los últimos años se han creado y fortalecido entidades de investigación que ofrecen un panorama de lo que sucede en el ámbito de la educación, tanto dentro de las Instituciones de Educación Superior como en los centros del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), asociaciones civiles, organismos públicos descentralizados o instituciones privadas; los ejemplos se multiplican y cito sólo algunos que pueden servir de referencia, sin demérito de todos los demás: el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior, A.C. (CENEVAL), el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) y el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV), que destacan por sus aportes en la evaluación e investigación educativa.
El crecimiento en el número de investigadores en el país ha sido consecuencia del impulso que se le ha dado a este importante campo de generación de conocimiento, al incremento en el número de posgrados de calidad orientados a la formación de profesores e investigadores y, en los últimos años, a la multiplicidad de temas y problemas que surgen cada día, en particular a partir de la Reforma Educativa más reciente, iniciada con la modificación del Artículo 3º constitucional y publicada el 9 de febrero de 2012
en el Diario Oficial de la Federación (DOF), que declara como formación obligatoria a la educación media superior y, posteriormente, la reforma al mismo artículo que se publicó en el DOF el 26 de febrero de 2013, mediante la cual se eleva a rango constitucional la obligación del Estado de garantizar la calidad de la educación que reciben los mexicanos. Es con base en este decreto que se crea el Instituto Nacional de Evaluación Educativa.
Aunque es difícil precisar cuántos académicos trabajan en las distintas líneas de investigación sobre el tema educativo en todo el país, un indicador es el número creciente que tiene el reconocimiento del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt e inscritos en la disciplina Pedagogía, del área de Humanidades y ciencias de la conducta, que en este año alcanza ya 438 investigadores, de los cuales el 56 por ciento son mujeres; conviene aclarar que por su naturaleza, la educación es un campo multidisciplinario y las subdisciplinas son abundantes, por lo que muchos estudiosos se encuentran ubicados en otras áreas, pero sus investigaciones tienen por objeto de estudio a la educación. Si se habla del total por entidades federativas, el Distrito Federal es donde se concentra la mayoría de los investigadores, 145 en total, mientras que en Jalisco hay 37, de los cuales 28 forman parte de la Universidad de Guadalajara.
Los proyectos de investigación emprendidos alrededor de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS), del programa de escuelas de calidad, sobre los motivos de los pésimos resultados de las pruebas internacionales y locales en comprensión lectora, matemáticas y ciencias, la deserción escolar, el embarazo adolescente, entre muchos otros, dan cuenta del dinamismo en el campo de la investigación educativa, que se potencia con la creación del Instituto de Evaluación Educativa (INEE). En síntesis, el sistema educativo mexicano está bajo observación y los resultados de las investigaciones permitirán identificar necesidades, efectuar diagnósticos, evaluar el impacto y los resultados de las reformas y programas, y fortalecer la innovación tecnológica en el país.