Escudriñarán agujero negro el GTM y otros radiotelescopios
Por Isaac Torres Cruz en la Crónica
Para echar un “vistazo” hacia el agujero negro que se encuentra en el interior de la Vía Láctea, nuestra galaxia, se necesitan recursos telescópicos de todo el planeta. La contribución de México en esta misión astronómica será por medio del Gran Telescopio Milimétrico (GTM) “Alfonso Serrano”, ubicado en el Volcán Sierra Negra, de Puebla, a más de 4 mil 500 metros de altura.
El proyecto forma parte de la iniciativa Event Horizon Telescope, que conectará las antenas de los principales telescopios milimétricos del planeta con el desempeño necesario para medir la sombra y forma del agujero negro en el centro de nuestra galaxia, llamado Sagitario A. El objetivo es simular un inmenso observatorio con una antena conectada entre Hawái, Estados Unidos, México, Antártida y Europa.
El proyecto enlazará a los observatorios, que sincronizarán sus relojes atómicos y apuntarán al mismo objeto celeste a la vez. Esto potenciaría arriba de 200 mil veces las capacidades del GTM para asomarse a Sagitario A, que tiene una masa de un millón de masas solares, explica David Hughes, investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y director del Gran Telescopio.
De esta forma, los astrónomos buscarán obtener “imágenes” ––a través de la interpretación de datos estadísticos de la composición química del objeto— del agujero negro para conocer mejor su forma y tamaño. El experimento realizará pruebas de física y Relatividad General “en uno de los laboratorios más extremos del universo”, apunta Hughes.
Este tipo de observaciones no pueden realizarse a través de telescopios ópticos ni infrarrojos, puesto que hay mucha materia impidiendo que esa radiación del espectro electromagnético alcance sus lentes. Pero el material circundante puede ser analizado por el GTM, puesto que éste emite radiación en ondas milimétricas.
“El agujero negro es un objeto con un disco de acreción –un disco giratorio de gas y polvo súper calientes que rota a casi la velocidad de la luz– donde hay una explosión de radiación que no nos permite verlo. Pero las frecuencias milimétricas son un punto óptimo, emitidas lejos de donde la dispersión de materia es un problema”, añade el director del GTM.
Si bien este año algunos de los radiotelescopios participantes del proyecto llevaron a cabo una prueba de conexión exitosa y una primera medición a una frecuencia de 3 milímetros (de longitud de onda) con telescopios en EU y Hawái, será hasta la primavera de 2015 cuando el proyecto realice una prueba más fina a 1.3 milímetros y donde se sumarían radiotelescopios en Antártida y Europa. Ahora los directores de los telescopios planean la ruta de la nueva conexión el próximo año, así como las subsecuentes.
El 17 de noviembre de 1994, el INAOE y la Universidad de Massachusetts (UMass) firmaron el acuerdo con el cual concretaban el colosal proyecto de construir un enorme telescopio milimétrico en Sierra Negra. Después de 20 años, la proeza de ingeniería, construcción y desarrollo tecnológico, realizados en su mayoría con instituciones y empresas mexicanas, el INAOE y la UMass celebraron el aniversario con un telescopio, que apenas está por alcanzar su mejor momento.
El GTM, que tendrá una vida científica del más alto nivel de hasta más de 30 años, permitirá conocer los objetos más fríos del Universo cercano: estrellas, planetas, y sistemas protoplanetarios en nuestra galaxia, así como galaxias cercanas y lejanas: las que están en formación en el universo temprano, durante los últimos 14 mil millones de años.
“El GTM está funcionando y es un telescopio competitivo. Está en proceso de culminar la construcción de su superficie y mejorar los sistemas para ofrecer comunidad científica una infraestructura de clase mundial”, dijo su director.