Demuestran que la Luna se formó por el impacto de un planeta contra la Tierra primitiva

Demuestran que la Luna se formó por el impacto de un planeta contra la Tierra primitiva
Nota publicada por Redacción con información de ABC y Nature en la Crónica de Hoy (18 Octubre 2012)

Un grupo de científicos de la Washington University en San Luis (EU) demostró que la Luna se formó tras el impacto de un cuerpo planetario del tamaño de Marte contra lo que era aún una Tierra primitiva. El trabajo, publicado en Nature, fue posible gracias al análisis de los distintos isótopos -diferente cantidad de neutrones que puede tener un mismo elemento- de zinc presentes en 20 rocas lunares diferentes traídas en cuatro misiones Apollo.

El equipo liderado por Frédéric Moynier y por su estudiante de doctorado Randal Paniello, ambos del Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias de la Washington University, ha logrado así despertar una teoría que había permanecido en el limbo durante más de 30 años.

El debate sobre cómo se formó la Luna se ha debilitado en los últimos años ante la aparición de nuevos focos de atención en el campo de la astronomía. Pero en los años 70 una hipótesis llamada la “Teoría del impacto gigante” cobró una gran fuerza en la comunidad científica. El problema es que nunca se pudo demostrar. Ni siquiera tras analizar las muestras traídas a la Tierra por las misiones Apollo durante la época de la exploración lunar.

A modo de comparación, el asteroide que condujo a los dinosaurios a la extinción a finales del Cretácico (hace 65 millones de años) tenía el tamaño de la isla de Manhattan en Nueva York, mientras que uno llamado Tea tendría las dimensiones del planeta Marte.

Para demostrar la teoría era necesario encontrar en las rocas lunares una distribución isotópica concreta de algunos elementos en la que hubiera más presencia de las variantes más pesadas. Esto, llamado fraccionación, se debe a que tras una gran colisión que libera una enorme cantidad de energía los isótopos más ligeros se vaporizan dejando una distribución isotópica concreta.

Muchos equipos científicos han buscado pruebas de fraccionación en las rocas lunares, pero nunca se había logrado. Moynier y su equipo han sido los primeros en encontrarlo, lo que reabre el debate sobre el origen de la Luna.

La historia, contada por primera vez en su versión moderna en una conferencia en 1975, es la que sigue: “Hace unos 4,500 millones de años, cuando el Sistema Solar todavía se encontraba en sus inicios, un enorme cuerpo planetario del tamaño de Marte llamado Theia (la madre de Selene, la Luna, en la mitología griega) chocó contra la Tierra. El impacto apocalíptico, imposible de imaginar -el asteroide que acabó con los dinosaurios tenía el tamaño de la isla de Manhattan y ya sabemos lo que provocó-, generó una gran cantidad de escombros que salieron expulsados hacia el espacio. Ese material terminó unido formando la Luna. Sin embargo, la teoría del gran impacto ha quedado en el limbo durante más de tres décadas, sin ser probada ni refutada, ya que los científicos eran incapaces de leerla, sin saltarse un capítulo, en las marcas químicas de nuestro satélite natural.

Ahora, investigadores de la Universidad de Washington en St. Louis y de la de California en San Diego creen haber descubierto en las rocas lunares la evidencia, por fin, de que nuestro satélite natural se formó en un golpe de billar cósmico.

Los investigadores, que publican sus conclusiones en la revista Nature, utilizaron avanzados instrumentos tecnológicos como un espectrómetro de masas para analizar las firmas químicas de las rocas lunares obtenidas durante las misiones Apollo (11, 12, 15 y 17) y de meteoritos recogidos en la Antártida, y la compararon con rocas terrestres y marcianas. Los datos revelan nuevos descubrimientos de unos elementos conocidos como volátiles, que ofrecen información clave de cómo se formaron y evolucionaron los planetas.

Los científicos descubrieron que uno de estos elementos volátiles, el zinc, apenas se encuentra en la Luna, lo que les lleva a concluir que, por fuerza, un evento de “escala planetaria” ocurrió en la historia de nuestro satélite natural.

“¿Cómo eliminar todos los compuestos volátiles de un planeta, o en este caso, de un cuerpo planetario? Necesitas algún tipo de evento de fusión al por mayor para proporcionar el calor necesario para evaporar el zinc”, explica el geoquímico James Day, de la Universidad de San Diego.

AGUA TERRESTRE. Según Day, una colisión gigante planetaria pudo ser la responsable de la erradicación de tales elementos, en lugar de procesos volcánicos a pequeña escala. La siguiente etapa de esta investigación es conocer por qué en la Tierra no se agotaron los elementos volátiles como el zinc y similares, una línea de exploración que podría conducir a respuestas acerca de cómo y por qué nuestro planeta está cubierto de agua. Como explica Day, saber de dónde vino toda el agua de la Tierra es una importante pregunta “porque si estamos buscando vida en otros planetas, tenemos que reconocer qué condiciones similares son probablemente necesarias”.

De acuerdo con Frédéric Moynier el trabajo también tiene implicaciones para el origen de la Tierra, “porque el origen de la Luna fue una gran parte del origen de la Tierra”. Sin la influencia estabilizadora de la Luna, los científicos creen que la Tierra probablemente sería un lugar muy diferente al que conocemos. Nuestro planeta giraría más rápido, los días serían más cortos y el clima, más caótico y extremo.

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